RIVER 0 - COLON 2

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Todo Negro

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El Millonario no pudo con el equipo de Astrada, ovacionado por el público local. Mientras busca su nuevo técnico (Gordillo estuvo en el banco), los de Núñez volvieron a dejar una mala imagen. Encima, el Sabalero, con goles de Ramírez y Grisales, le ganó por primera vez como visitante. Ahumada vio la roja.

Lo mejor que le podría pasar a River en este momento es que el Apertura llegue a su fin. Porque al lógico mal clima que reinaba en Núñez después de la eliminación en la Sudamericana y la renuncia de Passarella se sumó la dura caída de esta tarde en el Monumental. El Colón de Astrada, quien junto a su ayudante Hernán Díaz fue ovacionado por los hinchas, aprovechó el pésimo presente que vive el Millonario y logró una victoria valiosísima en su lucha por escaparle a la Promoción. La sucesión del Kaiser sigue marcada por la incertidumbre y la gente terminó de perder la paciencia.

Con el Tapón Gordillo como técnico interino, River salió a buscar un poco de paz ante un rival que, a priori, se presentaba accesible. Pero la falta de ideas y la escasa actitud a la hora de ir a buscar el partido, llevaron al local a caer en las manos de un Sabalero que jugó con mucha inteligencia. Así, creó varias situaciones para romper el cero en la etapa inicial. Carrizo respondió de gran forma amte dos derechazos cruzados, uno de Grisales y el otro de Quinteros. Y la superioridad plasmada por la visita obtuvo su premio a dos minutos del descanso. Una jugada por la derecha derivó en Juan Fernández, quien envió un buen centro al área y encontró a Ramírez. El delantero no falló y tocó con la cara intera de su pie derecho ante Carrizo, quien esta vez no pudo evitar la caída de su valla. Por lo hecho hasta ese momento, el 1-0 estaba bien.

La segunda parte tuvo un comienzo inmejorable para Colón. Tanto como pésima para los dirigidos por Gordillo. Apenas se habían jugado siete minutos, cuando Grisales le ganó la espalda a Ferrari tras un buen pase de César González y definió por entre las piernas de Carrizo para anotar el 2-0. Durísimo golpe para el local. De las tribunas empezó a escucharse el conocido "Que se vayan todos, que no quede ni uno solo..." y la temperatura de ambiente subía a cada instante en el estadio.

Y la frutilla del postre llegó de la mano de la impotencia, clásica en situaciones como esta. Ahumada mostró la hilacha nuevamente y volvió a ser expulsado, como ante Botafogo y Arsenal por la Sudamericana. En esta ocasión, le pegó una patada sin sentido -y sin pelota- a Romero, quien estaba en el piso. Laverni no tuvo más remedio que expulsarlo, correctamente. No hubo reacción de River y se mantuvo el dominio del Negro que, casualmente y valga la redundancia, festejó en un domingo negro para La Banda. Bonus track: primer triunfo sabalero en el Monumental.